Más memoria, más creatividad, más comprensión, más tolerancia…
Todos somos conscientes de la importancia de aprender inglés: es cada día más imprescindible para trabajar, nos permite estar en contacto con millones de personas en todo el mundo y es el idioma principal en campos como las ciencias. Pero, ¿somos conscientes de cuán beneficioso es aprenderlo desde pequeños? Aprender un idioma en la infancia tiene múltiples ventajas que os invitamos a descubrir a continuación.
1. UN APRENDIZAJE MÁS RÁPIDO Y NATURAL
Los niños aprenden de manera más rápida que los adultos. Es algo que se puede observar con facilidad, son como esponjas.
Eso sucede principalmente porque su cerebro aún se está desarrollando y es mucho más adaptable que el de los mayores. Los niños más pequeños absorben conocimientos incluso cuando no tienen esa intención, sólo necesitan estar expuestos a esos conocimientos. Si hablamos de niños muy pequeños, ni siquiera son conscientes de que están aprendiendo una lengua nueva, porque la diferenciación entre “su” lengua y la de los otros aún no está clara. Para ellos sólo son palabras, y aprenden su significado sin plantearse si es el idioma de mamá y papá o no.
2. EL APRENDIZAJE COMO DIVERSIÓN
Los niños de corta edad aún no han desarrollado la vergüenza. Todos nos hemos sentido alguna vez cohibidos al querer hablar una lengua que no dominamos, pensando que no pronunciamos bien, ¿verdad? Pues a los niños eso no les pasa. Para ellos, el inglés o cualquier otra lengua no es más que una experiencia nueva más con la que divertirse. Se lanzan a hablar y a cantar con esas palabras nuevas en cualquier momento, y no les importa no decirlas del todo bien.
3. MAYOR FLUIDEZ: APRENDER NO TRADUCIR
Ese aprendizaje temprano permitirá que incorporen los nuevos idiomas a su día a día al mismo tiempo que asimilan su lengua materna, y dará lugar a una mayor fluidez en el habla. A diferencia de las personas que aprenden un idioma de adultos, los niños no traducen las palabras desde su lengua al idioma aprendido, sino que, simplemente, aprenden las palabras directamente en inglés.
4. BENEFICIOS COGNITIVOS: ESTIMULACIÓN DE LA MEMORIA
Aprender idiomas a edad temprana, por otra parte, ayuda a un mejor desarrollo cognitivo que puede verse a muchos niveles.
Para empezar, estimula la memoria. En los primeros años de desarrollo, el niño aprende palabras sueltas y su mente organiza una especie de listados en cada idioma, así que recordar cómo se llama cada cosa es crucial. Al principio es muy frecuente que haya palabras que sólo le salgan en uno de los idiomas, mientras que, a medida que crece, esas listas de palabras se diferencian y es entonces cuando va dejando de mezclar.
5. BENEFICIOS COGNITIVOS: MAYOR CAPACIDAD MULTITAREA
Esa tarea de diferenciación de ambas lenguas, y de elegir en qué momentos es necesario hablar una u otra, además, le aporta una mayor capacidad de ejecutar varias tareas a la vez. El niño que ha aprendido varias lenguas es capaz de pensar en cada una de ellas, y su mente se adapta a cambiar de un idioma a otro de manera natural. Por eso, una vez se ha aprendido un segundo idioma es más sencillo aprender un tercero, un cuarto o un quinto, y cuánto antes se empiece esa cadena, mucho mejor.
6. BENEFICIOS COGNITIVOS: ESTIMULACIÓN DE LA CREATIVIDAD
Pero quizás lo más sorprendente sea saber que el conocimiento de múltiples idiomas desde la infancia estimula la creatividad, no sólo a nivel lingüístico o literario, sino en muchos otros campos, como la pintura o la música. De hecho, varios científicos afirman que las personas bilingües se desempeñan mejor en tests cognitivos como el de Guilford, que mide el pensamiento divergente. El hecho de que cada lengua tenga sus propias normas ortográficas y gramaticales y que almacenemos varias palabras para decir lo mismo y, a la vez, una sola palabra pueda significar varias cosas obliga al cerebro a ser flexible, creativo y original.
7. MEJORES RESULTADOS ACADÉMICOS
Estos beneficios también se dan en el aprendizaje en edad adulta, pero de manera mucho menos marcada y sólo en aquéllos adultos que aprenden un idioma a un nivel muy avanzado. En cambio, en los niños es evidente casi desde el principio y va a repercutir en un mejor desempeño en otras asignaturas. Por tanto, aprender idiomas desde pequeños puede hacer que los niños sean mejores estudiantes en general.
8. MÁS TOLERANTES
Es importante señalar que los niños que aprenden idiomas extranjeros desde pequeños están mucho más preparados para el mundo actual. No se trata solo de que los niños puedan comunicarse con el resto de personas a un nivel global, sino también de algo más profundo: los pequeños que aprenden otros idiomas son más conscientes de la diversidad humana y eso tiende a hacerlos más tolerantes.
Para muchos adultos, el cosmopolitismo de la sociedad actual, la mezcla de lenguas, razas y tradiciones que tenemos alrededor, resulta algo raro. Hemos crecido en un mundo más homogéneo y no estamos acostumbrados aún a oír voces distintas a nuestro alrededor. En cambio, los niños que aprenden otros idiomas al mismo tiempo que su propia lengua materna (o casi) son conscientes de que no todos hablamos igual ni hablamos de lo mismo. Y, como la lengua muchas veces se aprende en asociación con la cultura que la ha generado, se acostumbran paulatinamente a costumbres que no son las suyas.
9. MÁS SOCIABLES
En un mundo cómo el actual, en el que muy a menudo los niños tendrán que convivir con realidades muy distintas a la suya incluso en el colegio, el hecho de aprender idiomas desde pequeños les prepara para esa circunstancia. Ellos no verán “raros” a otros niños que hablen distinto, porque ya lo tendrán previsto, y eso puede mejorar su relación con amigos y compañeros de clase.
Por todo esto, es importante asegurarse de que los niños empiecen a aprender inglés, o cualquier otro idioma, tan pronto como sea posible. Es lo mejor para asegurarse de que lo van a interiorizar como una “segunda lengua materna”, y comporta beneficios evidentes.
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